Cada uno de nosotros, hoy, pensó en su fueguito: su color, edad, forma de arder la vida.Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo. A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. El mundo es eso -reveló- Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
Este año, como proyecto de trabajo, vamos a realizar un cortometraje animado y para eso estamos trabajando sobre distintos elementos del campo audiovisual. Hoy empezamos a trabajar con Gabriela del programa Medios en la Escuela, quien nos va a ayudar a materializar nuestro proyecto. La actividad del día de hoy consistió en hacernos preguntas y grabar, con un grabador digital de periodista, las respuestas de cada uno.
Algunas de las preguntas que nos hicimos fueron:
¿Qué películas te gustan?
¿Vas al cine? ¿Con quién?
¿Qué hacés cuando vas al cine?
¿Qué mirás en la tele? ¿Con quién?
¿Qué hacés cuando mirás la tele?
¿Mirás vídeos en YouTube? ¿Cuáles?
Las respuestas fueron de lo más variadas, pero no las vamos a publicar todavía.
(Al lector ansioso le podemos adelantar que este es un grado al que le gusta mucho el pocholo).
Hasta la próxima!
